Descubre la importancia de mantener los ruidos peligrosos bajo control y las diversas formas de mitigarlos en el entorno laboral.
Los efectos de la exposición a ruidos peligrosos
El entorno industrial muchas veces conlleva la presencia de energía sonora, proveniente de salas de máquinas, equipos o instalaciones.
En niveles bajos no presenta ningún riesgo para los trabajadores. Pero cuando sobrepasa el grado de intensidad saludable la situación se convierte en potencialmente peligrosa. Para cuantificar el riesgo se evalúan la intensidad, la frecuencia y la duración de los ruidos.
Se considera una situación riesgosa cuando durante la jornada laboral el trabajador está expuesto a una dosis de ruido elevada en forma continua y prolongada.
El estándar permitido es de un máximo de 85 decibeles a lo largo de 8 horas de trabajo. El riesgo es directamente proporcional, es decir que una mayor cantidad de horas de exposición va a incrementar el riesgo. Cuando esto sucede se impone la necesidad de aplicar un protocolo preventivo.
La importancia de mantener los ruidos peligrosos bajo control
El aparato auditivo es un mecanismo complejo que funciona como un transductor. Transforma la señal acústica en impulsos nerviosos y nos permite, además de oír, orientarnos espacialmente a través del equilibrio y la propiocepción.
Para preservar estas funciones y garantizar el bienestar de los trabajadores es importante regular la emisión de ruidos dentro del ámbito de trabajo.
Cuando la exposición a los sonidos fuertes supera los límites establecidos, los trabajadores pueden sufrir afecciones pasajeras, y en los casos más graves, quedar incapacitados. A lo largo de una jornada ruidosa, el trabajador puede experimentar fatiga auditiva y una menor capacidad de percibir sonidos. Esto se conoce como desviación temporal umbral y frente a una exposición constante los efectos pueden convertirse en permanentes.
Como ejemplo de cambios conductuales y psicológicos podemos citar malestar, nerviosismo, estrés, cambios de comportamiento, trastornos del sueño y falta de concentración.
A nivel físico, los ruidos peligrosos pueden causar pérdida de capacidad auditiva, trastornos del aparato cardiovascular y digestivo o acúfenos (sensación de zumbido en los oídos).
Si bien con frecuencia se subestima este fenómeno, impacta de forma directa en la productividad. Los ruidos molestos generan interferencias en la comunicación verbal, impedimento para percibir señales de alarma sonoras y disminución del rendimiento laboral. La consecuencia es un incremento en el número de accidentes.
A fines de asegurar condiciones de trabajo seguras, las autoridades han establecido estándares para la protección auditiva de los trabajadores.
Formas de mitigación
Para las compañías es fundamental trabajar fuertemente en la prevención de estos riesgos para reconocer posibles ruidos peligrosos y evitar perjuicios.
El primer paso es la identificación del nivel de riesgo a través de una medición audiométrica. Esta puede realizarse de dos maneras: analizando directamente la dosis de ruido, o indirectamente a través del cálculo de niveles sonoros equivalentes.
En caso de detectarse la presencia de ruidos molestos son varias las vías de mitigación y eliminación.
Por un lado, las emisiones sonoras dañinas pueden controlarse desde su fuente, a través de la aplicación de técnicas de ingeniería acústica. Algunos ejemplos son: impedir la fricción o choque de piezas, sustituir partes metálicas por plásticas o colocar silenciadores en las salidas de aire de válvulas neumáticas.
Los instrumentos y maquinarias utilizados deben estar en buen estado, y ser parte de un programa regular de mantenimiento preventivo.
Paralelamente se debe trabajar en el control de la transmisión, aislando la fuente mediante la instalación de barreras que disminuyan el sonido entre la fuente y el trabajador, así como la señalización y delimitación de las zonas de mayor exposición sonora.
Los roles que requieran un contacto directo con la fuente de ruido deben tener una mayor rotación para proteger al personal.
Independientemente de la estructura o rubro de la compañía, la capacitación y motivación del personal es fundamental como parte de una cultura de seguridad integral.
Se debe informar al equipo de trabajo acerca de la importancia de la protección de su capacidad auditiva, tanto dentro como fuera del trabajo, y explicar cuál es el uso apropiado de equipos de protección personal (EPP).
Se debe exigir el uso de estos elementos de protección personal que impidan el paso del ruido a la zona del oído. Estos pueden ser tapones (endoaurales) de oídos y protectores auditivos de copa.
Como mencionamos anteriormente, las buenas prácticas deben contemplar todos los factores que puedan vulnerar la salud de los trabajadores para ofrecerles la protección que necesitan.
Como vos, en Baldor estamos comprometidos con la seguridad de tu equipo de trabajo. Contactame para conocer nuestras soluciones para preservar el entorno laboral.