Descubre la importancia de identificar y mitigar los riesgos de vibración en el entorno laboral, salvaguardando la salud y bienestar de los trabajadores.
¿Qué son las vibraciones?
Son movimientos oscilantes rápidos y continuos sobre materiales -o cuerpos- respecto a su punto de equilibrio. Su principal propiedad física es la frecuencia, entendida como la cantidad de veces por segundo que se realiza un ciclo vibratorio completo.
En el entorno laboral las vibraciones pueden provenir de distintas fuentes: vehículos, maquinarias o herramientas cuando existen factores como el movimiento de piezas o fluidos, golpes de objetos o impulsos.
¿De qué manera impactan las vibraciones en el cuerpo?
Este fenómeno se puede transmitir al cuerpo humano en forma total o parcial, si bien el organismo dispone de mecanismos para atenuar sus efectos, cuando superan ciertos límites la salud puede verse afectada. El impacto de las vibraciones depende de la combinación de características como la dirección en que incide en el cuerpo, el tiempo de exposición, la frecuencia y la intensidad de la vibración.
De acuerdo con el Listado de Enfermedades Profesionales (Argentina, Dec. 658/96) los riesgos se estudian en función al contacto y la forma en que las vibraciones pueden afectar al organismo: por un lado, las vibraciones en cuerpo completo, que abarcan un rango de frecuencia de entre 1 y 80 Hz, por el otro las vibraciones en mano-brazo, con un rango de frecuencia comprendido entre 8 y 1.000 Hz.
La primera categoría incluye los casos en los que gran parte del peso corporal se ubica sobre una superficie vibrante, como puede ser un vehículo o una grúa. Se presenta en industrias como la construcción, la minería o el transporte. Algunos de los riesgos para la salud son las lesiones en la columna vertebral, las lumbalgias, los dolores de cabeza, las alteraciones en los patrones de sueño o los trastornos visuales.
La segunda clase comprende a las vibraciones mecánicas que entran en el cuerpo a través de las manos, resultado del contacto con herramientas como sierras, martillos neumáticos, taladros a percusión o perforadoras y se observa en rubros como textil, calzado, hierro y acero o maderera. Su exposición puede traer aparejadas consecuencias como trastornos óseos, neurológicos, articulares o vasculares.
Buenas prácticas dentro de la industria
Con el fin de proteger tanto al personal como a las maquinarias y elementos de trabajo, la praxis laboral tiene que incorporar un protocolo de minimización de riesgos. Si bien en algunos casos no se pueden eliminar por completo las vibraciones, se pueden paliar incorporando procedimientos técnicos, médicos y administrativos tendientes a la prevención.
En primer lugar, todos los trabajadores deben ser capacitados acerca de los potenciales peligros de las vibraciones y el uso adecuado de las herramientas.
La ergonomía, el cuidado de la postura y la sujeción corporal hacen que el impacto del ciclo vibratorio sea menor.
Además, se debe reforzar una comunicación fluida que incluya la rápida notificación de los primeros síntomas de exposición a la vibración para reducir posibles efectos crónicos en la salud.
Es fundamental la selección y mantenimiento correctos de herramientas, así como la incorporación de métodos de amortiguación entre el operador y el elemento que emite vibraciones. Algunos ejemplos son los asientos con colchones de aire y apoyos lumbares o las cabinas con suspensión.
Como mencionamos anteriormente, en puestos de alto riesgo se debe planificar la jornada de trabajo de modo de asegurar al operador la rotación y períodos de descanso necesarios para reducir la exposición.
Tanto la normativa local como la internacional han dispuesto pautas para limitar los riesgos. La Unión Europea, por ejemplo, exige la eliminación de equipos que no cumplan con las regulaciones y circunscribe el tiempo de exposición diaria a un máximo de 8 horas. Por su parte, la reglamentación argentina establece a través de sus normas ISO y ANSI los métodos de medición, reporte y análisis de vibraciones. Además, establecen parámetros de confort como el Límite de Comodidad Reducida, Límite de Fatiga, el Decremento de la Eficiencia y el Límite de Exposición.
Una ayuda indispensable: la medición de vibraciones
Que las vibraciones afectan a la salud de los trabajadores es un hecho demostrado, pero variable. Corresponde a cada compañía cuantificar la exposición de sus trabajadores para asegurarse de que estén dentro de los rangos permitidos por las normativas.
Para eso existe la medición de vibraciones, que se realiza a través de acelerómetros diseñados específicamente para cuerpo entero y mano-brazo (Juntos o por separado).
Estos instrumentos captan las oscilaciones mediante un transductor electromecánico adherido a la fuente y registran la aceleración vibratoria en m/s2. Los valores recogidos se analizan en laboratorio y se contrastan con los rangos establecidos.
De este estudio surge un protocolo anual que consigna resultados, imágenes, conclusiones, recomendaciones, correcciones y un certificado donde conste la calibración del instrumental utilizado.
En Baldor estamos para asesorarte y brindar el equipamiento de medición adecuado para obtener mediciones precisas, sin resignar comodidad y practicidad.