Solemos pasar el tercio de nuestras vidas en el trabajo y la mayoría de las veces en ambientes cerrados. La calidad del aire interior (IAQ) puede ser un factor decisivo en el bienestar y la seguridad de los trabajadores.
Según la OMS, la contaminación del aire es el principal riesgo ambiental para la salud en los estados americanos. 380.000 muertes fueron causadas por la contaminación del aire en 2019.
La contaminación del ambiente interior o exterior puede modificar la atmósfera mediante agentes químicos, físicos o biológicos en el aire, provocando el calentamiento global y generando problemas de salud en la población.
La concentración de dióxido de carbono (CO2) es un indicador clave de la calidad del aire interior, especialmente en ciertos entornos laborales.
La OMS declaró que el límite máximo de CO2 en espacios interiores debe ser 1.000 partes por millón (ppm). Aunque algunos estudios sugieren que niveles superiores a 800 ppm ya pueden tener efectos perjudiciales para la salud.
Entender y controlar con un medidor de CO2 los niveles de este gas en los entornos laborales cerrados puede ayudar a reducir el riesgo de problemas de salud.
Síntomas de un alto nivel de CO2
Generalmente y en cantidades normales, el CO2 no es dañino. Pese a que lo exhalemos en la respiración, es un gas imprescindible que se encuentra disperso por el cuerpo y que participa de varias funciones fisiológicas. Pero, cuando el CO2 se encuentra en mayores concentraciones en ambientes sin ventilación sí es nocivo.
Inhalar altas concentraciones de CO2 de forma continua puede llevar al intoxicamiento. Los síntomas más comunes suelen ser enrojecimiento de la piel, dolores de cabeza, alta presión sanguínea, espasmos musculares y respiratorios.
Cuando un ambiente presenta altas concentraciones de CO2, se reduce la cantidad de oxígeno disponible para respirar, lo que puede transformarse en falta de oxígeno en el cuerpo. Con el tiempo y mayor exposición puede provocar la pérdida de consciencia, y hasta convulsiones y asfixia.
Respirar mayores concentraciones de CO2 también puede conducir a efectos negativos para el corazón, generando taquicardias, arritmias e isquemia. También es un potente vasodilatador que afecta arterias y venas. Es el dilatador cerebrovascular más importante que se conoce, y como si fuera poco afecta al sistema respiratorio. Por lo tanto puede originar hiperventilación, coloración azulada o grisácea de la piel debido a una oxigenación insuficiente en la sangre y edemas pulmonares.
Ambientes donde es crucial monitorear CO2
Fundamentalmente, las industrias con procesos de combustión. Es decir, fábricas, plantas de energía, etc., donde se generan grandes cantidades de CO2 como subproducto.
También los espacios cerrados con gran cantidad de personas, cuya respiración y procesos metabólicos aumentan los niveles de CO2, deben ser monitoreados. Me refiero a oficinas, escuelas, universidades, etc. También restaurantes y bares, que son lugares con cocina y muchas personas, donde si bien los procesos de combustión son más limitados que la industria una fuga puede ocasionar gravísimas consecuencias. Incluso los gimnasios, dado que durante las actividades físicas, la respiración se acelera y aumenta la producción de CO2.
¿Cómo se puede controlar el CO2 en estos ambientes?
Mediante una ventilación adecuada, garantizando una suficiente renovación de aire. Utilizando filtros de alta eficiencia para eliminar contaminantes del aire. Implementando sensores de CO2 para medir los niveles y ajustar la ventilación en consecuencia. Realizando un adecuado mantenimiento de equipos y verificando que los sistemas de ventilación funcionen correctamente.
Ventajas de contar con un medidor de CO2
Un medidor de CO2 en los espacios de trabajo permite monitorear en tiempo real la concentración de este gas y desarrollar acciones preventivas en caso de que se excedan los límites sugeridos. Pero a su vez trae aparejado otros beneficios:
1. Genera un ambiente laboral seguro y aumenta la productividad
Como ya dijimos, la exposición prolongada a una gran cantidad de CO2 puede aumentar el riesgo de enfermedades y diversas complicaciones en la salud de las personas. Pero al mismo tiempo, la buena calidad del aire puede afectar positivamente a la capacidad cognitiva, a la productividad y rendimiento contribuyendo en el bienestar general de los trabajadores.
2. Reduce el riesgo de contagio de enfermedades
Durante la pandemia de COVID-19, los estados se concentraron en las estrategias para reducir su propagación. Y la mejora de la calidad del aire fue la clave. Por ello, los estudios dejan en claro que una mejor ventilación, unos niveles óptimos de temperatura y una buena humedad relativa reducen el riesgo de contraer infecciones virales.
3. Optimiza costos a largo plazo
La mala calidad del aire interior cuesta a las empresas muchísimo dinero cada año en absentismo por enfermedad y baja productividad. En este caso, es aconsejable contar con medidores de CO2 que protejan a los empleados y garanticen el cumplimiento de las regulaciones y normativas. Prevenir siempre es una inversión.
La IAQ es un factor decisivo en la salud laboral. La incorporación de un medidor de CO2 puede mejorar la salud y el confort de los trabajadores.
Es primordial que las autoridades de las empresas tomen medidas preventivas para garantizar espacios de trabajo saludables y seguros. En Baldor podemos ofrecerte el equipo Multiparamétrico FLEX + medidor de CO2 (x-06) para el análisis de la calidad del aire interior, temperatura y humedad relativa.